Departamentos de Uruguay - Rocha

domingo, 27 de octubre de 2013


ROCHA


1. Ubicación de Rocha en el mapa
2. Bandera de Rocha
3. Mapa de Rocha
4. Escudo de Rocha 

Población: 69.937 habitantes (censo 2004)

Superficie: 10.551 km2

Capital: Rocha (26.058 habitantes)

Gentilicio: rochense

Límites: Se halla al sureste del país, en pleno litoral Atlántico, sobre el que posee costas de unos 170 Km de longitud; además tiene un amplio litoral sobre la Laguna Merín que lo baña por el Noreste, separándolo de Brasil, con quien el Uruguay comparte sus aguas. Lo rodean además por el Noroeste, Treinta y Tres, por el oeste, Lavalleja y Maldonado. Al sur y al este se extiende el Atlántico, hasta el arroyo Chuy, que sirve de límite con el Brasil y una parte del curso del arroyo San Miguel.

Orografía: Ofrece extensas llanuras aluviales y bañados, algunos turbosos, y una sucesión de lagunas. Serranías como Alférez, San Miguel y otras, así como muchos cerros, contrastan por sus formas agrestes con la monotonía de los esteros (Bañados de las Maravillas, San Miguel, India Muerta, etc.). Derivadas de la Sierra Carapé, entran en el departamento las Cuchillas de Averías y Carbonera, terminando ésta las panorámicas sierras de la Bella Vista y de la Blanqueada. Otras serranías son las de los Ajos y de los Rochas, los cerros Vigía y Aspero. La costa presenta amplias playas bordeadas a veces de barrancas muy erosionadas y con puntas prominentes: cabo de Santa María, Cabo Polonio y otras; algunas islas bordean el litoral (Islas de Torres, Verde, Coronilla).

Hidrografía: La Cuchilla de Carbonera separa parcialmente la Cuenca del Atlántico de la de la Laguna Merín; a esta corre el río Cebollatí, que recibe el arroyo Aiguá y este al Alferez, todo en el límite oeste y noroeste del departamento; también desagua en dicha laguna el río San Luis, que recibe las aguas del arroyo India Muerta y otros; finalmente el arroyo San Miguel en el límite con Brasil. Al Atlántico no llegan casi arroyos; el litoral esta acompañado, en cambio, por una sucesión de lagunas: Garzón, Rocha, Castillos (esta desagua en el Atlántico por el arroyo Valizas) y Negra o de Difuntos, relacionada a través de esteros con la Laguna Merín.
Economía: Se crían vacunos, ovinos, cerdos, se faenan lobos y la pesca da resultados apreciables. Se cultiva maíz, patata y al Norte, arroz. La industria está poco desarrollada; se elaboran cerámicas, conservas, se hacen algunos tejidos, se trabaja la fibra de palma, se hacen artesanías, etc.
Ciudades importantes: Entre los centros poblados se destacan Castillos(importante centro turístico con extensos palmares), Lascano y Chuy (ciudad fronteriza con Brasil). Son localidades turísticas: La Paloma, Punta del Diablo, Cabo Polonio, La Coronilla, La Pedrera y La Barra del Chuy. Otros atractivos turísticos son la Fortaleza de Santa Teresa y el Fuerte de San Miguel.

Departamentos de Uruguay - Rivera


RIVERA


1. Ubicación de Rivera en el mapa
2. Bandera de Rivera
3. Mapa de Rivera
4. Escudo de Rivera

Población: 104.921 habitantes (censo 2004)

Superficie: 9.370 Km2

Capital: Rivera (63.365 habitantes)

Gentilicio: riverense

Límites: Se halla al norte del país, marcando su frontera con el Brasil divisorias de aguas, líneas convencionales y arroyos. Hacia el este limita con Cerro Largo. Al sur y suroeste con Tacuarembó y hacia el oeste con Salto.

Orografía: Al noroeste se interpone la Cuchilla Negra; al noreste la de Santa Ana. Cerca de la unión de ambas la ciudad de Rivera está separada por calles y una Plaza Internacional de Livramento (Santa Ana), ciudad brasileña. Las cuchillas que ondulan el departamento son de forma tabular y achatadas. La cuchilla tabular de Cuñapirú termina al sur escindida en los Tres Cerros (Miriñaque, De los Chivos, Del Medio), y la erosión tiende además a separar de ella al del Hospital. La Cuchilla Negra se caracteriza por su borde basáltico abrupto y sus quebradas ocupadas por montes espesos. En una zona cristalina central aparecen sierras (Zapucay) y cerros (Vichadero, Cerros Blancos). En esta zona existen algunos minerales metálicos conteniendo manganeso, hierro y oro. Rivera se encuentra a unos 250 mts. sobre el nivel del mar y ocupa un lugar ondulante, con los cerros del Marco, Telégrafo y otros.

Hidrografía: El río Tacuarembó, recoge las aguas fluviales del departamento. Hacia el van el Laureles, el Lunarejo, el Cuñapirú, el Yaguarí y el arroyo Caraguatá.

Economía: La actividad económica es fundamentalmente ganadera, pese a que muchas pasturas desarrolladas en suelos arenosos son de calidad inferior; no ocurre lo mismo con la forestación que tiene grandes posibilidades. Se realizan cultivos relativamente localizados: trigo, maíz, girasol, naranjas, maní, arroz, etc. Se ha explotado alguna vez el oro y se estudia la posibilidad de volver a esta actividad.

Ciudades importantes: Minas de Corrales (2.934 habitantes), Tranqueras (5.842 habitantes). Como lugares turísticos del departamento figuran la propia ciudad de Rivera, en donde se realiza activo comercio fronterizo, y la zona de cerros chatos, Sierra de la Aurora. Los principales lugares de interés en la capital son: la Iglesia Matriz, el Parque Internacional, el Teatro Municipal, el estadio de fútbol, la avenida Sarandí.

Departamentos de Uruguay - Río Negro


RÍO NEGRO


1. Ubicación de Río Negro en el mapa
2. Bandera de Río Negro
3. Mapa de Río Negro
4. Escudo de Río Negro

Población: 53.989 habitantes (censo 2004)

Superficie: 9.282 km2

Capital: Fray Bentos (22.577 habitantes)

Gentilicio: rionegrense

Limites: Río Negro se encuentra al oeste. Su territorio está bañado amplianente por el río Uruguay, que lo separa de la Argentina. Al norte limita con Paysandú; al este con Tacuarembó, al sureste con Durazno; al sur con Soriano. El límite con estos dos últimos departamentos está marcado por el curso del río Negro que desagua en el Uruguay fomando dos grandes islas: Lobos y Vizcaíno.

Orografía: El departamento presenta pequeñas ondulaciones y es en general llano, sobre todo en las proximidades de los ríos y arroyos. La cuchilla de Haedo, que forma el margen del departamento al noreste, penetra hacia el Rincón de las Gallinas, en la confluencia de los ríos Uruguay y Negro y sus afluentes, los arroyos González y Gutiérrez. Hacia el sur la cuchilla de Haedo desprende las de Navarro , de Flores, y del Ombú y forma vertientes secundarias .

Hidrografía: Tenemos el arroyo Don Esteban y el Grande en los que desembocan arroyos menores. El arroyo Negro , que margina el departamento de por el norte, corre, con su afluente, el arroyo Bellaco, hacia el río Uruguay. Hacia éste corren también el arroyo Tres Arboles que termina en la represa de Baygorria, y el Grande , El Don Esteban , el Sánchez y otros. El río Negro forma en su curso pronunciados recodos y varias islas.

Economía: La agricultura tiene importancia en la región occidental. Los principales cultivos son el tigo, lino, girasol, maíz, vid, y plantas forrajeras. En ganadería Río Negro tiene excelentes pasturas y buena parte de su economía se basa en la actividad pecuaria. En materia industrial existen importantes frigoríficos. Posee un puerto bastante activo. Las principales industrias son la láctea y vitícola.

Ciudades importantes: Young (14.521 habitantes) y Nuevo Berlín (2.240 habitantes). Como atractivo turístico se encuentra el balneario Las Cañas, la Represa de Palmar. Otros lugares de interés son la estancia turística "La Fe", el puente Frany Bentos - Puerto Unzué, entre otros.


Departamentos de Uruguay - Paysandú


PAYSANDÚ



1. Ubicación de Paysandú en el mapa
2. Bandera de Paysandú
3. Mapa de Paysandú
4. Escudo de Paysandú

Población: 113.244 habitantes (censo 2004)

Superficie: 13.922 km2

Capital: Paysandú (84.162 habitantes)

Gentilicio: sanducero/ra

Limites: Está situado al oeste sobre el río Uruguay y limita al norte con Salto, al este con Tacuarembó y al sur con Río Negro. La mayor parte del territorio pertenece a la cuenca del río Queguay, cuyo curso inferior constituye una especie de eje , del que se desprenden dos divisoriasde aguas del río Uruguay: al sur, la cuchilla del Palmar, desde Algorta a la ciudad de Paysandú; al norte la de San José. La primera divide las aguas de los tributarios del arroyo Negro y del río Queguay; la segunda separa e éste del arroyo Guaviyú y del río Daymán.

Orografía: En el centro y este del departamento , la elevación Arapey está constituida por una serie de derrames basálticos que engloban bloques de areniscas y por las cuchillas de San José, Queguay y Haedo. La mitad noreste del departamento es de naturaleza basáltica, frecuentemente pedregoza; la mitad suroeste está cubierta de sedimentos (areniscas, conglomeraciones ,limos, calizas) y es más apta para la agricultura. Las areniscas de la formación o elevación Mercedes afloran principalmente en la cuchilla de San José, desde Quebracho a Cerro Chato.

Hidrografía: Las islas más importantes son la Grande del Queguay y Almirón. La nevegabilidad del río Uruguay hasta el puerto de Paysandú tropieza con serias dificultades, por lo cual el embarque no puede ser utilizado de acuerdo con su real capacidad.

Economía: La mayor parte del departamento está dedicada al pastoreo de ganado vacuno y ovino. Se cultiva girasol y remolacha en todo el territorio. Al oeste y suroeste se desarrolla la agricultura cerealera, con cultivos de trigo , maíz, y cerca de la ciudad de Paysandú , cítricos, vid y hortalizas. Son importantes la cría de aves de corral, la apicultura y la actividad lechera. Ultimamente se han instalado importantes fábricas: azúcar, tejidos, cueros, de alcoholes, de cerveza, de cemento, de aceite de girasol, aserraderos ,talleres, etc. Esta ciudad es el segundo centro industrial de la República. Su actividad fundamental es la industrial, la concentración de cereales y otros cultivos industriales. También se destaca la actividad portuaria.

Ciudades importantes: Paysandú que es la capital, es centro agropecuario, industrial y puerto sobre el río Uruguay. Luego tenemos otros centros de importancia como son Guichón , Nuevo Paysandú, Tambores y Quebracho. Los principales centros turísticos son los termales de Guaviyú y Almirón. Otros lugares de interés son el Pueblo Casa Blanca (366 habitantes),Caleras del Barquín, Cascada del río Queguay, Puente Paysandú-Colón, las estancias La Paz y La Calera, entre otros sitios.

Leyendas urbanas de Uruguay - Aullidos en la plaza Lafone

sábado, 26 de octubre de 2013


AULLIDOS EN LA PLAZA LAFONE


La silenciosa madrugada comienza a despuntar tímidamente en el barrio La Teja, sin lograr disipar aún la oscuridad que se cierra como un puño hermético sobre la Plaza Lafone. Hace frío, y una pareja joven que regresa de un café céntrico debe apurar el paso para calentar las piernas, dejando atrás la parada del ómnibus y la fuente que asoma a la distancia como una silueta apenas delineada.

La pareja se sorprende al descubrir la compañía de un perro delgado, que bajo la noche fría y estrellada en plenilunio gime en busca de un poco de calor. El novio parece desinteresarse del asunto, pero el aspecto lastimoso y descarnado del can enternece a la joven. A pesar de que él desoye sus súplicas, el infatigable perro acompaña fielmente a ambos, gimiendo en forma desamparada. La chica logra finalmente convencer al novio, a tal punto que le pide su corbata para usar a modo de lazo, y llevar al animal hasta el portón de su casa. En su jardín, protegido del viento, el perro podría encontrar reposo y abrigo frente al frío invernal de Montevideo.

Cuando llega la mañana la joven despierta y corre hasta el jardín, donde queda muda de asombro ante lo que ve. Allí permanece aún la corbata de su novio, pero el cuello que rodea la tela ya no es el del perro de la noche anterior: un hombre delgado y desnudo, de barba, cabello largo y entrado en años, tirita de frío mientras la mañana se abre paso en la barriada de La Teja.

Leyendas urbanas de Uruguay - Fantasmas caseros


FANTASMAS CASEROS

Caso 1 

Casa quinta de Lezica 


La historia se desarrolla a principios del Siglo XX. La dueña de casa actuaba despóticamente con sus sirvientes, en especial con una morenita, una niña que trabajaba de criada. Una vez, en castigo a su desobediencia, la pomposa señora decide dejar a la jovencita afuera de la casa, en una crudísima noche de invierno. Los vecinos sintieron ruido y quejidos entre la hojarasca durante la noche, pero no prestaron mayor atención al creer que se trataba de algún perro. A la mañana siguiente encuentran el cuerpo sin vida de la niña, razón por la que su patrona es encarcelada y luego pierde completamente la cordura. Cuentan que incluso hoy en día, si uno pasa frente a la casa en las noches de invierno, pueden sentirse los lamentos y cómo algo o alguien corre entre las hojas secas.


Caso 2 

Hospital de Montevideo 



Se cuenta que hace tiempo, en un hospital de Montevideo cercano al barrio Brazo Oriental, una enfermera del lugar debió ser internada con una gravísima enfermedad, muriendo finalmente presa de grandes dolores. Al tiempo de su muerte, en la sala en la que la enfermera había fallecido comenzaron a sentirse llantos, súplicas y ruidos de vidrios rotos, a tal punto que la leyenda cuenta que se debió clausurar esa sala. Se relata que desde entonces la enfermera fue vista caminando por los pasillos en más de una ocasión, reprochando a todo aquel con el que se encuentra que no se le dieron suficientes calmantes durante su tormento final.


Caso 3 

Antigua casa en Montevideo 

Un hombre fallece en su hogar, una gran casona, y pide como último deseo que el lugar se use para dar cobijo a los niños sin hogar, como una suerte de internado gratuito.
Algunos parientes sin embargo, ignoran el pedido, mudándose a la enorme casa.
Al tiempo descubren que es imposible dormir. Puertas que se abren y golpean, cadenas, vaijillas que se rompen, roces en la oscuridad y otros ruidos inexplicables inquietan a la familia.
Cansados, los nuevos habitantes deciden abandonar la casa y acatar las últimas órdenes de su pariente. Cuando se hacen todos los arreglos y los niños se mudan allí, los ruidos cesan por completo y nada vuelve a turbar la paz del hogar.


Caso 4
Casa del Centro 

Los dueños de una casa colonial intentan venderla a muy buen precio pero no logran comprador. La razón es que por las noches se sienten espantosos ruidos, cuchillos muebles que se arrastran y goznes que crujen, por lo que los vecinos alertan siempre a los posibles compradores. El más viejo de ellos cuenta que todo se debe al primero de sus habitantes, un prestidigitador denunciado luego de un truco fallido realizado a un discípulo con un estilete. Narran que se encerró en la casa y no volvió a salir jamás. Los ruidos continuaron hasta que mucho tiempo después los restos de su cuerpo fueron encontrados, sin rostro, volviendo definitivamente a la calma.


Caso 5
Casa en la calle Luis de la Torre 

Hace muchos años, una hermosa vivienda de Punta Carretas no lograba encontrar comprador a pesar de su precio. Nuevamente son los vecinos los que se encargan de disuadir a los futuros inquilinos al narrar con detalle los gritos desgarradores de mujer que se escuchan por la noche.

Un día aparece una familia dispuesta a arrendarla y resuelta a hacer oídos sordos a los rumores. La casa era antigua y por ejemplo carecía ya de la escalera que condujera al altillo, cuya puerta sin embargo podía verse. Transcurre una semana sin novedades, pero al cabo de esos días, la familia entera se despierta una noche a causa de los gritos que provenían, justamente, de la alta habitación. El padre de familia, valeroso, consigue una escalera móvil para llegar al altillo: cuando ingresa descubre a una mujer ensangrentada, quejándose de dolor. Horrorizado, el hombre baja en busca de auxilio médico, pero la joven herida lo sigue y desaparece raudamente por la puerta.

Jamás vuelven a encontrarla, pero al investigar el caso con la policía encuentran que en ese hogar se había cometido un crimen muchos años atrás, cuando una mujer fue muerta a puñaladas por el marido. Luego del incidente, la familia pudo vivir por largos años sin volver a ser molestada.

Leyendas urbanas de Uruguay - La llorona del parque Rivera


LA LLORONA DEL PARQUE RIVERA

Versión 1

Una tarde de otoño, hace muchos años, una joven mujer decide salir a pasear por el Parque Rivera. A pesar de un viento frío y cortante que hacía gemir a los árboles y sumía al parque en la más absoluta soledad, la chica decide salir y llevar consigo a su bebé, que había tenido en condición de soltera.

Estando en vísperas de su boda la joven se aventura en el parque, por entonces más agreste que ahora y mostrando los resultados de recientes lluvias. Se la ve bordear el lago junto a su niño, mientras el viento arrecia con fuerza, desapareciendo de la vista. La futura novia, sin embargo, no regresará por ese sendero.

Al día siguiente encuentran su cuerpo inerte en el lago del parque, sin rastros del paradero del pequeño. Cuenta la historia que desde entonces, en las noches brumosas y tristes del otoño, puede verse a una joven vestida de novia en los alrededores del lago. Camina sola y llora desconsoladamente, mientras clama por un bebé que perdió hace mucho tiempo.
(Gracias a Sofía, que narra que una amiga le aseguraba que su padre había visto a la llorona )

Versión 2
Hace mucho tiempo, en los inicios del mismo Parque Rivera, vivía una pareja en una casa contigua al lugar. Un miércoles 9, mientras marido y mujer se hallaban fuera, unos ladrones irrumpen en la casa. El esposo llega antes que terminen su faena y los sorprende in fraganti: desesperados, los delincuentes le quitan la vida con un cuchillo. Cuando intentan esconder el cuerpo sienten los ruidos provocados por su mujer, que vestida de blanco llega a la casa.

Se esconden detrás de una puerta y observan cómo la joven, aterrada, descubre el cuerpo de su marido. Mientras la mujer llora desconsoladamente sobre él, los ladrones, decididos a todo, llegan por detrás y la ajustician de igual manera. Para ocultar las huellas los delincuentes arrojan los dos cuerpos en la laguna del parque.

Desde entonces, los vecinos de la zona comentan que todos los 9 de cada mes se oyen extraños llantos y quejidos que provienen de la laguna, en el lugar donde los cuerpos de los infortunados amantes fueron arrojados.

Leyendas urbanas de Uruguay - Los fantasmas de Maroñas


LOS FANTASMAS DE MAROÑAS


La historia se desarrolla muchos años atrás en la zona de Maroñas, cuando aún no se soñaba con reformar el lugar y el siglo abandonaba impertérrito sus primeras décadas.

Cuatro amigos vuelven a pie de un cumpleaños, muy tarde en una noche fría, cuando se topan con la parte posterior del complejo de Maroñas. Cansados, deciden acortar camino saltando el muro y atravesando las instalaciones del hipódromo.

Al avanzar en el camino, la noche comenzó a cerrarse lentamente sobre ellos. Aunque la luna brillaba, las sombras de las añejas instalaciones se alargaban y creaban conos de sombra y figuras fantasmales, entremezclándose con una niebla espesa que hacía difícil cualquier tipo de orientación.

Detrás de esa inmensa nada generada por las sombras y la niebla, oyen un ruido amortiguado y lejano. Intermitentemente, el sonido crecía de intensidad, asemejando unos cascos de caballos. Después de cada silencio súbito, reaparecía lo que ahora era un inequívoco galope, cada vez más fuerte.

Los cuatro amigos, asustados, advirtieron en voz alta al presunto jinete, pero cada vez que alzaban la voz el ruido callaba y surgía en otro lado. De improviso, un espantoso relinchar les heló la sangre, proveniente de un lugar indeterminado y cercano entre los jirones de niebla. El susto fue tan grande que treparon el muro más cercano con la facilidad de medallistas olímpicos, huyendo del hipódromo.

En la calma de sus hogares, dos de los amigos, avergonzados por su pánico irracional y atribuyéndolo a la borrachera de la fiesta, deciden investigar a fondo lo sucedido. Tres noches más tarde juntan el valor para volver a cruzar el muro a la misma hora y comprobar con sus sentidos lo que realmente sucede allí.

Al principio, la calma que reina en Maroñas en aquella noche invernal y neblinosa parece darles la razón, pero un tiempo después vuelve a surgir aquel sordo golpeteo de las herraduras. Esta vez, sin embargo, el ruido creció en violencia e intensidad a un ritmo casi demoníaco. Los cascos de caballos se multiplicaban por todas partes y relinchos salvajes lastimaban los oídos, tan cerca que uno creía posible tocar los caballos y sentir el viento provocado por sus cuerpos. Enloquecidos de miedo, los dos compañeros no atinan a otra cosa que correr desesperadamente sin rumbo alguno, perdiéndose en su camino.

En el colmo de su horror, ciegos por el terror y la noche hermética se topan en el camino con una figura enjuta, que resulta ser el anciano vigilante del lugar. Amablemente, el sereno los tranquiliza y les pregunta qué sucede. Al escuchar la historia poca es la sorpresa del viejo, quien confiesa que ha escuchado los sonidos de los animales innumerables veces a lo largo de los años. Ante su estupor, el anciano narra que se trata de las almas de los caballos que eran gravemente lesionados en las carreras y posteriormente sacrificados por los peones, que los ahogaban en una piscina que ya no existe.

En la noches oscuras, las almas de los equinos reiniciaban la interminable carrera en la que sus cuerpos habían hallado finalmente la muerte.

Leyendas urbanas de Uruguay - Un susto de muerte


UN SUSTO DE MUERTE


Cuenta la historia, ambientada a principios de siglo, que varios paisanos se hallaban tomando unas copas en un bar frente al Cementerio del Cerro. Bien entrada la noche, el alcohol ya había calentado los cuerpos y soltado las lenguas de unos cuantos, que envalentonados por la bebida espirituosa comenzaron a comparar su coraje y bravura. A uno de ellos, un poco más sobrio que los demás, se le ocurre lanzar a viva voz un desafío espeluznante, asegurando que ninguno se atreverá a realizarlo. La prueba consiste en pasar el resto de la noche sentado encima de una de las lápidas de cementerio, dejando como prueba su facón clavado allí.

Uno de los paisanos, más valiente o más borracho que los demás, acepta el desafío y trepa –ayudado por los demás- las rejas del cementerio. Sus compinches acuerdan ir a esperarlo a la madrugada a las puertas del lugar.

Llega la mañana y el hombre jamás aparece, por lo que los intrigados paisanos entran al cementerio a buscarlo. Lo encuentran muerto sobre una lápida, con el facón clavado sobre la misma junto a una esquina de su poncho. El hombre, al sentarse, había enterrado con su cuchillo sin darse cuenta un trozo de la tela. Cuando se quiso marchar sintió que alguien lo tironeaba de la ropa, y creyendo que un espectro reclamaba su cuerpo cayó al suelo fulminado por un ataque cardíaco, sin percatarse de que se trataba simplemente de su poncho enganchado por el cuchillo.

Versiones y Comentarios

La misma historia se repite en diversas épocas que van desde principios de siglo a la década del ’50 e incluyendo a varios cementerios. Aunque la leyenda más frecuente es atribuida al Cementerio del Cerro, otras versiones mencionan el del Buceo, el Central y el del Norte. Un usuario, que lo relata en primer persona, agrega el siguiente detalle: la tumba pertenecía a una médium muy famosa en su tiempo.

En otro relato, más aggiornado, los protagonistas son jóvenes amigos y es una chica la que decide saltar las rejas del Cementerio del Norte. Otro usuario nos cuenta que esta misma leyenda le llegó desde pequeño con su bisabuelo como protagonista, ambientado en el Buceo. En esta versión el personaje principal, amigo de su bisabuelo, intenta cruzar el predio del cementerio del Buceo y muere del susto cuando su capa queda enganchada en una cruz.

Hay otro cuento cuyo desenlace varía. Está ambientado en el Cementerio Central, y en este caso se trata de tres muchachos que llegan a la parte trasera del lugar, ya caída la noche. Uno de ellos acepta una apuesta que lo desafía a cruzar todo el predio hasta llegar a las puertas de Gonzalo Ramírez en competencia con sus dos compinches, que harán el trayecto fuera del cementerio. Llegan los tres al mismo tiempo, pero cuando el valiente descubre que no hay modo de cruzar las puertas de Gonzalo Ramírez, que llegan hasta el techo, debe desandar su camino. Según el relato, jamás volvió a aparecer.

Leyendas urbanas de Uruguay - El motel indiscreto


El MOTEL INDISCRETO


Historia 1


Una pareja, ya se trate de novios jóvenes o esposos, decide reservar la habitación de un motel para pasar la noche. Todo sucede de acuerdo a lo previsto y la pareja se permite disfrutar de la cantidad de espejos que posee la habitación.

Se retiran luego, pasan varios meses y ambos olvidan el tema. Una noche, deciden alquilar una película para adultos en un sitio especializado, que cuenta con una oferta de videos de aficionados . Su sorpresa es mayúscula cuando al poner el film elegido en el videograbador descubren que los espléndidos actores de esta cinta -digna de una producción triple XXX- son ellos mismos, pescados in fraganti por dos cámaras colocadas en espejos de doble cara, en su incursión hotelera de meses atrás.

Comentarios

Esta es una historia que recorre el mundo entero y que debe haber afectado a más de un hotel del rubro, pero que es doblemente dudosa no sólo por la casualidad del hecho sino por el riesgo que afronta un hotel con una acción de este tipo, no demasiado redituable por otra parte. Sin embargo, hace escasas semanas un hombre fue detenido en Chile por colocar cámaras en los espejos de su pensión, que utilizaba para fabricar sus películas caseras, aunque no se guarda registro sobre novios que se hayan convertido a la vez en espectadores y actores protagónicos. Sea como sea, quizá más de uno tiene por costumbre revisar concienzudamente la habitación después de haber escuchado una historia similar a ésta.

Historia 2

Otra historia relacionada con moteles. Un hombre va con su pareja a una casa de citas y al salir ve estacionado en el parking el auto de un gran amigo, coche para el que había comprado días atrás un estéreo muy costoso. Divertido por pescar a su amigo in fraganti, decide hacerle una broma. Como el auto estaba sin llave, entra, saca la radio y se la lleva, con intenciones de devolvérsela a las pocas horas o al día siguiente y confesarle en qué lugar lo vio.
Cuando va a la casa de su amigo a burlarse de él, lo encuentra muy preocupado. Antes de poder explicarle la situación para tranquilizarlo, su amigo le relata cómo su mujer fue a cuidar a una amiga internada y le robaron su querida y reluciente radio. El hombre, según las diferentes versiones, entrega la radio a su mujer o decide no devolverla con tal de no tener que apenar a su compañero. (Gracias a Leticia)

Comentarios

El cuento del esposo inocente es un clásico, a tal punto que las versiones varían en las maldades que planea el amigo, la excusa que inventa la mujer, la decisión final del hombre que hizo la broma y la cantidad de amigos que preparan el chiste, en ocasiones compañeros de trabajo. Nada indica que una situación como la descrita no pueda darse, pero la cantidad de versiones alternativas casi idénticas existentes y los muchos amigos de amigos a los que les ha sucedido la historia la convierten una clásica leyenda urbana, aunque no incluya muertos resurrectos o contagios estrafalarios.

Leyendas urbanas de Uruguay - La aparecida de la ruta 3


LA APARECIDA DE LA RUTA 3


Fuera de esta sumisa anécdota, que referiré a continuación, no existen, que yo sepa, otras visiones de la Aparecida o de la Madre de la Ruta 3. Sin embargo, he podido comprobar que es tal el sobrecogimiento que invade indefectiblemente al ánimo del auditorio cuando se cuenta esta leyenda, tanto el miedo y la angustia que sobreviene ante su sola mención, que acaso no hay otra tan impactante como ella en todo el catálogo de los misterios salteños. Ésta me fue referida, casi al azar, en conversaciones privadas con uno de los propios involucrados en el hecho. Cierta noche muy lluviosa, un camionero que regresaba a Salto por la Ruta 3 luego de haber dejado en Río Grande un cargamento de naranjas, divisó, poco antes de llegar a la entrada de Belén, a una mujer que gesticulaba y hacía ademanes, presa de notoria ansiedad. El camionero, al principio, no sospechó nada en particular, pues para la gente de su profesión encontrarse con peregrinos que hacen dedo a la vera del los caminos, incluso bajo un diluvio y en medio de la nada, es pan de todos los días. No obstante, y conforme las luces de los focos del camión fueron acercándose al sitio en el que la mujer se hallaba, sus impresiones comenzaron a tomar una dirección muy diferente, más aún cuando pudo comprobar que algunos cuantos metros más adelante, justo en la naciente de una curva, había un auto volcado, con signos de haberse estrellado recientemente y que ya comenzaba a encenderse en llamas.

Al divisar esto, el camionero detuvo violentamente la máquina, y bajó precipitadamente a prestar auxilio a la mujer. Pudo advertir entonces que se trataba de una jovencita seriamente lastimada; sangraba profusamente, cojeaba de una pierna y tenía una herida muy profunda a un costado de la cabeza. No obstante, y para sorpresa del camionero, ésta no parecía mayormente interesada en su propia salud.

-¡Ayude, por favor, a mi hijo! gimió, casi suplicante, la joven-. ¡Mi hijo está atrapado en el auto! ¡Si no sale de allí pronto se va a morir! ¡Por favor, ayúdelo! Al camionero le costó trabajo reaccionar. Dijo entonces lo primero que se le pasó por la mente: le preguntó a la mujer si se encontraba bien, o si había sufrido ella misma algún tipo de herida que necesitara atención inmediata. Pero la mujer no parecía escucharlo.
-¡Mi hijo! gritaba angustiada-. ¡Por favor, salve a mi hijo!

El camionero, todavía perplejo, se alejó entonces de la mujer y salió corriendo a todo galope en dirección al auto accidentado. Al llegar a él, le costó bastante trabajo encontrar algún hueco por donde asomar la cabeza; el auto había dado muchas vueltas y casi no era otra cosa que un puñado de chatarra humeante y retorcida. Además, la fuerza del agua, mezclada con el hedor a nafta desparramada, tornaba casi imposible la respiración. Y hay que sumar a todo esto que la presencia de las llamas auguraba una inminente explosión. De todos modos, y haciendo acopio de su valor, el camionero se las ingenió para llegar a los asientos traseros, luego de romper una ventanilla, donde pudo notar que se hallaba un bulto de color blanco. Prestando mayor atención, pudo advertir también que, envuelto en aquellas mantas, se encontraba acurrucado un niño en su más tierna infancia, casi un bebé, que sollozaba bajito.

El camionero lo sacó del auto presurosamente, tratando de alejarlo del peligro. Sin embargo, y cuando ya comenzaba a creer que su tarea había terminado con éxito, pudo advertir, para su sorpresa, un elemento que no había previsto: un segundo cuerpo yacía atrapado entre los hierros.

En eso, otra camioneta se detuvo en la ruta. Se trataba de una pareja de oficiales de la Policía Caminera que, al advertir el accidente, frenaron a prestar ayuda. El camionero fue a su encuentro con el niño en brazos y en dos palabras, jadeante, les explicó la situación. Puso especial énfasis en la necesidad de obrar con velocidad. Dicho esto, los dos oficiales tomaron de la parte trasera de la patrulla un bomberito y salieron corriendo en dirección al auto a prestar ayuda a la segunda víctima, mientras el camionero aplicaba los primeros auxilios al bebé. Afortunadamente, se encontraba sano y salvo. Cuando por fin pudo cerciorarse de esto, y tener un segundo de descanso y reflexión, es verosímil suponer que el camionero no pudo sin dudas dejar de advertir que la mujer que lo había detenido en medio de la ruta, solicitándole ayuda, hacía ya un largo rato que había desaparecido. Lo que sigue a continuación, el final de la historia, seguramente el lector ya lo habrá adivinado. Los dos oficiales llegaron al auto, y luego de forzar una puerta, con grave dificultad, consiguieron sacar la segunda víctima al exterior. Se trataba de una mujer, casi completamente desfigurada por las heridas, pero que el camionero pudo reconocer, estupefacto, como la misma que lo había detenido en la ruta. Era, en efecto, la propia madre de la criatura rescatada, salvo el hecho inexplicable de que hacía varios minutos que estaba muerta. Según mi testigo estrella, resulta innegable que la Aparecida de la Ruta 3 había sido el propio espíritu o el fantasma de la madre del niño, que una vez muerta en el accidente, y antes de emigrar al reino tenebroso, había querido asegurarse de dejar a buen resguardo la vida del pequeño.



Leyendas urbanas de Uruguay - El fantasma de Horacio Quiroga


EL FANTASMA DE HORACIO QUIROGA



Según los registros más fieles, la última vez que Horacio Quiroga puso un pie en Salto fue hacia fines del año 1902 o principios del 1903, cuando ya estaba radicado en Buenos Aires luego del trauma que le había provocado la muerte de su amigo Federico Ferrando. Juró entonces -cosa que literalmente cumplió- no regresar jamás en su vida. Las razones parecían justificadas: la ciudad natal, para Quiroga, no era otra cosa que un enorme signo de su desdicha personal. Salto había sido el escenario de dos muertes que calaron hondo en su espíritu (la de su padre Prudencio en 1879, y la de su padrastro Ascencio Barcos, en 1891). Fueron los salteños quienes desdeñaron con indiferencia sus ejercicios literarios en Gil Blas y en La Revista; y era también salteño, finalmente, el hermano del alma que acababa de morir, víctima de su propio descuido. Nada parecía haber en Salto que el precoz escritor -por entonces de apenas veinticinco años de edad- pudiera asociar con la felicidad o siquiera lejanamente con la alegría.

Sin embargo, muchos son los biógrafos que han advertido que, hacia los últimos instantes de su vida, Horacio Quiroga planeó casi secretamente una íntima reconciliación con el suelo natal. En buena medida, este propósito ya podría adivinarse considerando con atención la correspondencia quiroguiana hacia la época de su segundo exilio misionero y las reiteradas ocasiones que en ella el escritor recuerda con cariño y nostalgia las ya lejanas horas de la juventud. En algunas, como las cruzadas con Fernández Saldaña, Quiroga habla a menudo de rostros, de nombres y de amigos del Salto, y cuenta con insistencia humorísticas anécdotas y recuerdos allí vividos. En otras, como las mantenidas con su amigo y coterráneo Enrique Amorim, el escritor habla mucho más explícitamente de un proyecto general de "rever el paisaje salteño", proyecto que incluía no solamente una revaloración de las posibilidades estéticas del recuerdo del terruño sino también, acaso, una vuelta al hogar ("Al fin y al cabo -escribió una vez- hasta los elefantes van a morir todos al sitio dónde dieron sus primeros trotes". De hecho, este último propósito estuvo muy cerca de concretarse hacia el año 1935 cuando el propio Amorim le realizó una invitación al chalet "Las Nubes", que Quiroga a la postre rechazaría alegando su voluntad de evitar los previsibles homenajes oficiales. 

No obstante, la verdadera razón por la que el proyecto quiroguiano de la recuperación del Salto quedó finalmente trunco fue mucho más drástico: poco tiempo más tarde el escritor comenzaría a padecer los primeros síntomas de un irreversible cáncer gástrico, y tanto su salud como su desequilibrado estado anímico lo arrastraron obligatoriamente hacia Buenos Aires. Allí, aquejado por el sufrimiento y la soledad, la idea del suicidio se instaló en su mente con más fuerza que la del regreso. Sin embargo, es verosímil que hacia sus últimos segundos, y ya de cara a Dios, Quiroga siguiera pensando, como en un sueño, en su Salto nativo. Pensó tal vez -como había dejado escrito en el Diario de Viaje a París- que solamente en Salto había encontrado alguna vez diversión. Que entre los amigos que lo acompañaron fielmente durante toda su vida figuraban muchos salteños. Que fueron los primeros escritos salteños, acaso, los únicos que le produjeron verdadera felicidad creativa. Que la absurda Comunidad de Los Tres Mosqueteros -precursora del célebre Consistorio del Gay Saber- fue una de las experiencias más delirantes que alguien pudiera imaginar. Que los carnavales salteños le proporcionaron el conocimiento de algunos amores imborrables; y que fueron muchos también, en definitiva, los buenos recuerdos de su vida de estudiante en el Instituto Politécnico. Es también verosímil suponer que la fatídica noche de febrero de 1937 en que Quiroga entró en la muerte en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires, luego de ingerir una fuerte dosis de cianuro, llevara todas o siquiera algunas de estas imágenes impregnadas en su retina.

Pues bien, tal es la razón, y no otra, por la que el fantasma de Horacio Quiroga se aparece todavía en tantos lugares del Salto: para conseguir, desde el más allá, la anhelada vuelta al hogar que su cuerpo humano no pudo alcanzar en vida. Tal vez también por esta razón, los lugares en que con más frecuencia se manifiesta su espectro sean las dos casas que éste habitó en la ciudad. En la primera, ubicada sobre calle Uruguay, sucesivos inquilinos han visto ciertas noches al fantasma de Quiroga deambulando por la oscuridad de los corredores, envuelto en una larga manta de color rojo; y en la segunda, la casona ubicada sobre Avenida Viera en que funcionaba hace no mucho tiempo la llamada "Escuela al Aire Libre", suele presentarse a los niños, caseros y cocineros del centro educativo, la mayoría de las veces sentado en una silla de hamaca ubicada junto a la estufa del lugar, aunque también hacia los terrenos del fondo, revolviendo las plantaciones de verduras o utilizando clandestinamente las herramientas del galpón. En tales casos, el fantasma aparece invariablemente con el aspecto con que recuerdan a Quiroga sus últimas fotografías: enflaquecido, la piel arrugada y amarillenta, la espesa barba comiéndole la cara, la mirada triste y como perdida en el vacío. Pero no son por cierto éstos los únicos sitios de sus póstumas peregrinaciones salteñas. Por el contrario, se refieren apariciones suyas en la zona de la Costanera Sur, más precisamente en los alrededores del Mausoleo erigido en su nombre y en el que está ubicada la famosa -y también maldita- urna de Ezria que guarda sus terrenales cenizas. Igualmente, hay testimonios que aseguran la presencia del fantasma de Horacio Quiroga re-editando en bicicleta la célebre travesía Salto-Paysandú, pedaleando muy orgulloso con su camiseta del Club Ciclista Salteño.

Tales apariciones salteñas del espectro de Quiroga, naturalmente, suelen promover el espanto de sus ocasionales testigos. Sin embargo, viéndolo de otro modo, son la cosa más natural del mundo. Al fin y al cabo ¿qué otro destino más conveniente para el fantasma de un hombre que en toda su vida no fue sino un perpetuo desterrado, que el de intentar recuperar, al cabo de ésta, el familiar sabor del suelo natal, vale decir, regresar a las entrañas mismas de la madre tierra?

Leyendas urbanas de Uruguay - Los ovnis de la aurora


LOS OVNIS DE LA AURORA




La estancia "La Aurora se encuentra a pocos metros de distancia del puente fronterizo Salto-Paysandú tendido sobre el río Daymán, con un pie en cada uno de estos departamentos, y a ella se accede a través de un estrecho sendero de tierra y polvo que se abre silenciosamente a un costado de la Ruta 3. En el portón de entrada a este distrito hay un cartel que reza: "Por el tema OVNI preguntar en la NASA". Los dueños del lugar han puesto esta leyenda, previsiblemente, con el ingenuo propósito de sumir aún más en el secreto la serie de hechos misteriosos y sobrenaturales que supuestamente ocurren allí. Incluso la sigla "OVNI" es un eufemismo, pues ya no existe ninguna duda de que allí verdaderamente se registra una copiosa actividad extraterrestre.

Para explicar esta presencia alienígena, la imaginación popular ha urdido varias teorías.
La más difundida de todas explica que en "La Aurora" hay ubicado aquello que los chamanes llamarían un axis mundo -o eje del mundo-, es decir, una abertura de carácter dimensional que permite comunicar las diferentes regiones del Universo. Puesto que, en efecto, el suelo allí es rico en cuarzos y cristales, se concentra una potente energía que al cabo de períodos regulares colapsa las categorías del espacio y del tiempo y abre un canal a través del cual seres de otras dimensiones pueden acceder a nuestras coordenadas. No se trata, estrictamente, de la abertura a una ciudad intraterrena, sino de un portal con el que se puede conectar con otras realidades coexistentes con la de nuestro planeta, pero ubicadas en niveles diferentes de la existencia. El caso no es original; a lo largo de la historia se recuerdan muchos epicentros energéticos como éste en la Tierra, aunque de diferente potencia. Los más poderosos son los del nivel siete, como los de Erks y Azgar en Rusia, el del Tibet, el del Triángulo de las Bermudas y el de la Antigua Capital de los Mayas; el hoyo energético de "La Aurora", en cambio, como el de Isidris en Mendoza y como otros sitios de Brasil, Colombia, China, EEUU y Europa, es apenas de segundo nivel.

Según otra versión, la menos convincente, en "La Aurora" habría instalado un observatorio subterráneo de la NASA en el que el gobierno norteamericano lleva a cabo ciertas operaciones secretas en confabulación con las células de inteligencia de nuestro país. Tal vez por esta razón, muchos de los avistamientos de objetos voladores registrados en la zona han sido atribuidos a falsas percepciones de satélites, aviones, prototipos de combates y otras maquinarias de las operaciones militares. Esta hipótesis es por cierto incontrastable, ya que amén de las repetidas visitas realizadas a Salto por el astronauta Neil Armstrong, "el primer hombre que pisó la luna" y uno de los agentes más universalmente conocidos de la NASA, no existen visiblemente en "La Aurora" elementos que den prueba de su veracidad.

Hay todavía una versión más rigurosa, que pude conocer gracias a la pericia de un astrólogo y ufólogo amigo, pero que exige una explicación preliminar. Según es fama, desde hace miles de años, los pueblos del Universo han estado librando una guerra. Dos son los bandos en eterno conflicto: por un lado, las Fuerzas de la Oscuridad, una congregación de colonialistas interplanetarios que intenta hacerse con el poder del Cosmos para dictar sus leyes y hacer agosto de la esclavitud de las razas; y por el otro, las fuerzas de la Confederación Intergaláctica, la unión de los pueblos libres del universo reacios a cualquier intervención forzosa y que participan de la idea de que todo organismo vivo que existe en la inmensidad del espacio debe ser el único rector de su destino. En términos generales, puede decirse que la Confederación Intergaláctica ha estado ganando sistemáticamente esta guerra; sin embargo, las Fuerzas de la Oscuridad intentan dar ocasionalmente algún golpe, buscando revertir la situación, y lo hacen precisamente tomando como objetivo a aquellos planetas que, como la Tierra, recién están en los primeros pasos de su evolución. Para evitar esta intervención clandestina sobre los pueblos neutrales, la Confederación Intergaláctica instaló en ellos, en secreto, sistemas defensivos y escudos de protección capaces de derribar toda agresión exterior, tal como puede comprobarse, por ejemplo, recordando lo ocurrido en el famoso caso Roswell. Pues bien, en "La Aurora", precisamente, habría instalada una base de este tipo, y las naves que allí se divisan por docenas no son sino las centinelas de la guardia de la Confederación.

Sea como fuere, las evidencias de la actividad de naves y de seres extraterrestres en los campos de la estancia son tan variadas que cualquiera de ellas daría material de primera para un buen capítulo de la serie televisiva Los Archivos X. Los automovilistas que transitan por la carretera realizan con frecuencia avistamientos de platillos voladores solitarios o en formaciones de hasta cinco o seis individuos. Por las mañanas, y aún cuando en toda la noche no se escuchó un solo ruido, los peones encuentran misteriosas huellas de aterrizajes en el pasto, como si un objeto muy caliente se hubiera posado de pronto y quemado todo la gramilla circundante con su fulgor. Se divisaron también luces y bolas de fuego que recorren a una velocidad muy lenta el descampado y que de pronto ascienden con una propulsión imposible hacia los cielos, donde se pierden para siempre. Si uno es capaz de desarrollar sus facultades mentales en grado extremo, y logra dominar el arte de la telepatía, encontrará allí una sintonía especial para comunicarse -sin palabras ni imágenes- con seres de toda la galaxia. En ocasiones, hasta hay testigos que han logrado encuentros cercanos con algunos de estos internautas y visitantes de otros mundos, los que fueron descritos de maneras tan heterogéneas y contradictorias que es preferible no entrar en materia.

Por esta razón, los muchachos de las comunidades dedicadas al estudio del fenómeno OVNI de todas partes del mundo, como así también los iniciados en las artes de lo oculto, lo ausente y lo lejano, tienen entre sus itinerarios de actividades viajes y excursiones de todo tipo a este característico paisaje de la fantasía salteña con el fin de lograr, cosa que ocurre, alguna evidencia de los extraterrestres.

Leyendas urbanas de Uruguay - La sirena del Río Uruguay


LA SIRENA DEL RÍO URUGUAY


El mito de la sirena del Río Uruguay es una de esas clásicas leyendas que desde tiempos inmemoriales seduce la imaginación de los hombres de todo el litoral oeste del país, e incluso de aquellos que habitan todavía más hacia el sur de la República, pues es evidente que la famosa sirena del Río de la Plata, sobre la que misteriosamente refieren algunos pescadores montevideanos, no es sino la mismísima ninfa de aguas dulces en una de sus excursiones más alejadas. Con todo, es probable que en ningún otro sitio como en Salto esta leyenda posea tantas anécdotas y testimonios que den prueba de su existencia.

Pese al ostensible nombre de esta bestia, la sirena del Río Uruguay es un animal que apenas recuerda a su congénere de la mitología clásica.

Una diferencia notoria proviene de las apreciaciones fisonómicas de cada una de estas especies. Las sirenas de la antigüedad helénica fueron seres de forma híbrida, que de la cintura para arriba asemejaban unas hermosísimas doncellas de largas cabelleras y de formas voluptuosas, mientras que de la cintura para abajo eran unos peces gigantescos. En cambio, la sirena del Río Uruguay no es un mero complemento entre una especie humana y otra animal, sino tal vez un híbrido indeterminado entre ambos términos. Se sabe que tiene extremidades, pero éstas no son los tiernos brazos de una náyade, sino unas especies de tentáculos provistos de largas garras y de aletas. Hay también consenso en que tiene abundantes cabellos, pero éstos no son finos y delicados, sino verduzcos y pinchudos como si se tratara de un puñado de bigotes de surubí. Sus ojos son amarillos y saltones, como los de un sapo, y no toleran la luz. El conjunto del monstruo da la impresión de un axolote enorme, pero cuyas facciones evocan, lejanamente, rasgos humanos. Su piel, brutalmente salpicada de erupciones, es de un color gris piedra que le permite un camuflaje sin igual en las oscurecidas aguas del río.

Otra diferencia importante es que al tiempo que las sirenas sobre las que nos refieren los relatos de la mitología y la epopeya clásica siempre avanzan en grupos, verdaderos harenes fantásticos de seductoras marinas, la sirena del Río Uruguay, en cambio, es un ente tristemente solitario. Es probable que se trate del último espécimen de su raza. La pobre criatura vaga de aquí para allá, desamparada, sin otra compañía que la corriente del río y la ocasional cercanía de otros peces que el azar de las aventuras pone en su camino.

Pero tal vez la principal diferencia entre la especie helénica y la sirena del Río Uruguay -a quienes conviene reconocer, sin embargo, como parientes muy lejanas-, es la absoluta disparidad entre sus respectivos comportamientos en relación a los humanos. Las sirenas de la antigüedad clásica encontraban singular deleite en provocar la desgracia y la muerte de los hombres. Sus hermosas melodías y sus hipnóticos cantos atraían la atención de los navegantes, que descuidaban el curso de sus naves y las estrellaban así contra los arrecifes, pereciendo toda la tripulación en las aguas. Por el contrario, la sirena del Río Uruguay es un ser absolutamente pacífico, y más que bonachón, casi inocente, que nunca ha causado y es previsible que no causará jamás daño a nadie.

Puesto que, como se dijo, se trata de un ser solitario en extremo, posee, eso sí, una gran curiosidad. Pero es de un carácter tan arisco y huraño que toda vez que se acerca a un humano, y es percibida por éste, la sirena se zambulle de súbito en las aguas y huye despavorida, como si la sola idea de ser contemplada por los ojos de la gente le provocara un estremecimiento más poderoso que su osadía de mostrarse.

Desde que los practicantes de la religión afro-umbandista instalaron en la playa Las Cavas una bellísima escultura de Ie-Manjá, los avistamientos más frecuentes de la sirena en la ciudad de Salto se produjeron precisamente en esa zona del Río Uruguay. Muchos de los devotos de esta diosa, que habitualmente se acercan a la costa del río a realizar sus rituales y a presentar sus ofrendas de flores, velas y animales, juran haber divisado más de una vez a la "Madre de las Aguas" saltando a lo lejos, o a veces también paseando en una barca, vestida con sus conocidos atuendos de colores blanco y turquesa, su silueta recortándose en el espejo de plata de la luna. Estas visiones me fueron confirmadas también por algunos de los muchachos del cuerpo de Guardavidas de la Intendencia que en las épocas del verano custodian las playas salteñas. Hacia el atardecer, cuando van a recoger las boyas de seguridad, se ven a menudo espantados por el súbito borbollón de agua que, en su torpe desplazamiento por debajo de la chalana, produce la sirena al pasar.

Igualmente, los marineros de la Prefectura, hastiados de caminar y de vigilar con sus binoculares toda la costa del Salto, fueron testigos de sus fugaces apariciones.

Fuera de estos registros recientes, hubo una época en la que los avistamientos más frecuentes de la sirena del Río Uruguay se realizaron en el puerto de la ciudad. Tal vez por esta razón, quienes están en mejores condiciones de proporcionar datos fidedignos sobre la existencia de este apacible monstruo acuático, sean los habituales pescadores que noche tras noche van allí a tirar sus plomadas. También los pescadores de río adentro, que rastrillan la zona portuaria con sus embarcaciones y sus redes, se ven de ordinario sorprendidos por la visita de este curioso engendro.

En ocasiones, las personas que hacia el atardecer regresan de Concordia en la lancha, pudieron observar también de qué simpática manera acompañaba la sirena el surco blanco de agua que el motor produce en el río, asomando la cabeza y hundiéndose en forma reiterada. Otras zonas de avistamientos frecuentes de la sirena del Río Uruguay en Salto son las rocas del Ayuí, las cuevas de San Antonio y las compuertas de la Represa de Salto Grande, sitio en el que no es por cierto infrecuente advertir a este fantástico animal, saltando alegremente junto a los dorados en los torbellinos de agua.

Leyendas urbanas de Uruguay - Los espíritus del liceo Ipoll

LOS ESPÍRITUS DEL LICEO IPOLL






Tal vez, algún día, los diligentes funcionarios del Catastro Nacional pondrán fin a la controversia. Sin embargo, hasta que tal cosa no ocurra, la acalorada polémica acerca del sitio exacto en el que se encontraba el antiguo cementerio de la ciudad, continuará. Diversos postulantes aspiran a la candidatura, como los subsuelos del nuevo local de la Regional Norte de la Universidad de la República, los de la Plaza Artigas o los descampados aledaños al Liceo del Salto Nuevo. No obstante, las versiones más persistentes afirman que dicho cementerio se encontraba en los terrenos sobre los que fue edificado el Instituto Politécnico Osimani y Llerena, y en el que funciona, desde hace ya varios años, el Liceo Nº 1 I.P.O.LL. Esta es la razón, según he podido saber, por la cual una vez que comienzan a esfumarse en el horizonte los últimos rayos del sol, este lugar es el escenario de un gran número de eventos misteriosos y paranormales.

De hecho, el repertorio de estos sucesos es tan amplio y variado que su detalle, menos que instruir, podría aburrir a cualquier lector. Simplemente señalaré que, entre otras cosas, se habla de bancos y pupitres que se mueven solos; de pizarrones que amanecen con bizarros dibujos y leyendas en idiomas extrañas; de papeleras misteriosamente desparramadas por manos anónimas en un sitio recién higienizado; de teléfonos que suenan persistentemente en salones que carecen de tal aparato; de puertas cerradas por dentro con postigo que, al abrirse, dan paso a habitaciones vacías; de inexplicables roturas de vidrios y hasta de insólitas desapariciones de expedientes, exámenes y documentos oficiales. Algunas veces, también pueden adivinarse sombras de ahorcados, proyectadas por los corredores, y figuras humanas deambulando que luego se desvanecen, atravesando paredes y muros, como por arte de magia. Naturalmente, entre los testigos más frecuentes de tales prodigios figuran tanto los alumnos, como los profesores, las autoridades y el personal del servicio de limpieza del liceo.

No obstante, las anécdotas más interesantes acerca de los misteriosos sucesos del Liceo I.P.O.LL me fueron comunicadas de primera mano por un agente de la Policía, padre de un buen amigo, que ha debido pasar largas noches en solitario en el edificio cumpliendo la guardia como sereno. Este hombre, digo, cuya veracidad es para mi el Evangelio, me comunicó que se manifiestan allí visiones de todos los colores imaginables: cuando no es una canilla que se abre sola en el baño, es una cisterna accionada por el aire; cuando no es una cisterna, se presentan increíbles ventoleras de frío, aún cuando sea en pleno verano y en los alrededores los árboles estén quietos y adormecidos por el agobiante calor; cuando no es una corriente de aire, es una neblina cerrada de color blanco que invade la atmósfera; cuando no es una neblina, se perciben luces y fogonazos en los corredores; y cuando no es ni éste ni ninguno de tales prodigios, en ocasiones puede detectarse un fortísimo olor a azufre emanando de los lugares más insólitos: el laboratorio, el salón de actos, la sala de profesores, el galponcito de gimnasia, la biblioteca. También se ven -me asegura- rostros inhumanos insinuándose en el fondo de los espejos.

Según mi testigo, son tantos los policías y serenos que podrían corroborar estas apariciones que, desde hace ya mucho tiempo, y fatigosamente atemorizados, ninguno de ellos se anima a hacer la guardia permaneciendo en el interior del liceo, sino que invariablemente realizan la ronda de vigilancia en los perímetros exteriores.

(Anécdotas)

Verónica y Mónica, dos estudiantes del turno nocturno del liceo, afirman que una vez, al salir a la medianoche, sintieron ruidos de cadenas y estallidos en el laboratorio (el lugar del instituto que más leyendas acumula).

Al acercarse a mirar, descubrieron que los muebles en donde se guardan los instrumentos estaban abiertos, y una ventana aparecía abierta a pesar de haber sido cerrada por las propias estudiantes minutos antes.

A la semana siguiente, las jóvenes volvieron a escuchar los ruidos de cadenas y al acercarse vieron una sombra. Las estudiantes no volvieron más al liceo y aseguran que jamás olvidarán lo sucedido allí.

Una ex funcionaria del IPOLL, que pidió que su identidad no fuera revelada, trabajó allí en el '85. Recuerda los comentarios en torno a los supuestos espíritus y comenta un caso que le impactó. Por aquella época quedó un funcionario de sereno, que debió quedarse todo enero mientras el liceo estaba cerrado. Cuando los profesores se reintegraron en febrero, el funcionario comentó los horrores que había pasado: gritos en la noche, lamentos, cosas extrañas. Ese compañero se suicidó a los pocos días de comenzar su licencia, y los restantes profesores recuerdan con pena no haber dado más importancia a sus relatos o contenerlo.

Otra de las tantas historias que nos llegaron proviene de un ex estudiante, que pide especialmente que no se mencione su nombre."Respecto al liceo he escuchado esa historia y también alguna más reciente", nos cuenta. "En los laboratorios de química, hace algunos años, un profesor salió espantado luego que al intentar echar un líquido en un tubo de ensayo, el chorro se dividiera en dos y cayera en los costados, sin que entrara una gota en el tubo".

"Cuando yo iba al liceo", continúa, "se hablaba de un fantasma con nombre y apellido. Yo me he quedado en algunas ocasiones de noche en la Universidad -atrás del liceo- y también se oyen pasos y ruidos extraños durante la noche. Actualmente sólo quedan policías afuera del liceo, en el ala opuesta a los laboratorios".

Leyendas urbanas de Uruguay - El exorcismo del Dayma


EL EXORCISMO DEL DAYMAN



La protagonista de la historia fue una muchacha mestiza, aún no completamente desarrollada -digamos seis o siete años- que vivía en una casita de la zona. Se llamaba L*** y había nacido en el Brasil, más precisamente en Rio Grande do Sul, sitio desde el que poco tiempo atrás había emigrado junto a su madre. Un buen día, y luego de haber convalecido de dolor toda una noche sin causa aparente, L*** comenzó a ejecutar algunas acciones extrañas y a ser víctima de accidentes ciertamente estrafalarios. Los parientes, amigos y vecinos que fueron testigos de estos prodigios, alucinados y asombrados en su imaginación, llegaron a la certidumbre irrefutable de que, verdaderamente, la muchacha "tenía a Mandinga en el cuerpo".

En ocasiones, L*** padecía de unos violentos ataques durante los que se comportaba casi como un animal. Comenzaba a gritar, a semejanza de un chancho que están carneando, y clamaba a viva voz que alguien había venido a llevársela a un paraje terrorífico. Se retorcía como una histérica, gemía como una desquiciada y lloraba escandalosamente. En estos accesos, la joven se estiraba completamente en la cama, y tiesa como estaba, parecía que la arrastraban de las piernas, escurriéndose del reposo. Uno y hasta dos hombres de campo muy forzudos no eran lo suficientemente poderosos como para sujetarla; por esta razón, y a pedido de la propia aterrada madre de la criatura, se convino en amarrarle las muñecas a la cabecera de la cama con unas sábanas.

Otras veces, y aún cuando segundos antes se encontrara apaciblemente tomando mate y conversando con su gente, la joven se transformaba de súbito, y comenzaba a proferir insultos soeces a todos los que se atrevían a dirigirle la palabra o a mirarla con atención. Se arañaba, afirmando que no era ella, sino otro ser invisible quien le clavaba las uñas. Golpeaba con recias patadas las puertas, las paredes, los muebles y las ventanas de la casa, y hasta se orinaba o defecaba en los rincones. También articulaba unos silbidos muy penetrantes, que parecían provenir de lo profundo del bosque circundante. Otra costumbre extravagante de la poseída era la de salir intempestivamente a los fondos de la casa y desde allí arrojar piedras al aire con tan milagrosa habilidad que las piedras retornaban al mismo lugar del que habían partido.

Otro rasgo extraño de la historia es que esta endemoniada, antes de haber entrado en este estado, no hablaba sino su lengua natal, el portugués. No obstante, desde que iniciaron los ataques, la muchacha comenzó a expresarse con tal corrección el castellano como si fuera una nativa, al punto que ni siquiera por el acento pudiera distinguirse del habla de los hijos del país, circunstancia que provocó la perplejidad de los vecinos.

La situación de L*** empeoraba cada vez, y entonces llegó un momento en que la familia de la niña se vio obligada a tomar cartas en el asunto. Se decidió, entonces, convocar a un exorcista. Sin embargo, y diferencia de lo que nos tienen acostumbrados los argumentos de las series televisivas, este ritual no fue llevado a cabo por un sacerdote de la Iglesia Católica, sino por el contrario, por un curandero popular. Pocos datos hay sobre este oscuro personaje, salvo que se trataba de un viejo con fama de brujo y de hechicero, y que ya tenía alguna experiencia en los métodos del magnetismo animal. Aunque también es cierto que, pese a su condición profana, las figuras y los instrumentos de que se valía para sus conjuros eran los mismos que se esgrimen en la liturgia cristiana: también el exorcista, además de brebajes y conjuros, portaba un crucifijo, rociaba agua bendita e invocaba el glorioso nombre de Dios.

Pese a tantas previsiones, el exorcismo culminó en un rotundo fracaso. Ya desde el principio, la endemoniada manifestó toda serie de irreverencias hacia los poderes de su sanador. Por ejemplo, el exorcista recitaba oraciones y le decía cosas tales como: "Clama, hija mía: Dios conmigo y el Diablo al Infierno", y la joven, enfurecida, respondía insultante: "El Diablo conmigo y Dios a la p ". En tales contratiempos, y como todo recurso, el exorcista la rociaba con más agua bendita y rezaba cada vez en tono más solemne. Por supuesto que, por momentos, el exorcismo parecía dar algún resultado, pues la muchacha cesaba de maldecir y no realizaba tantas extravagancias, pero el mal pronto volvía a exacerbarse. Y L***, conforme pasaban los días, estaba cada vez peor. Hacia el final, al borde de la locura, no hacía sino cubrirse el rostro con las manos o con las sábanas, y mientras sujetaba fuertemente las manos de una vieja, como buscando terrenal consuelo, manifestaba su malestar y su espanto con penetrantes gemidos. Un atardecer, luego de una larga sesión de espiritismo que había abarcado toda la noche y el día anterior, L*** finalmente murió.

Una vez fallecida la desventurada criatura, la casa en la que fue llevado a cabo el ritual adquirió una fama siniestra. Se decía del edificio -como del Teatro Larrañaga o del Museo de Bellas Artes- que fuerzas oscuras y misteriosas habían asentado allí su dominio infernal. Según hemos llegado a saber, este lugar fue, en repetidas ocasiones, escenario de apariciones de fantasmas, voces pavorosas, ayes fatídicos, luces que vagan solitarias, ruidos subterráneos y otras proposiciones infames por el estilo. Los antiguos vecinos del Daymán solían referirse a este sitio con mucho respeto, como si se tratara de un lugar de culto, aunque, temerosos, preferían no frecuentarlo demasiado. Hoy en día, y para beneplácito de los espantadizos, esta casa ya no existe; fue demolida, y en el lugar en que se encontraba fue edificado un lujoso hotel que hace las delicias de los turistas más exigentes.

Departamentos de Uruguay - Montevideo

miércoles, 23 de octubre de 2013


MONTEVIDEO

1. Ubicación de Montevideo en el mapa
2. Bandera de Montevideo
3. Mapa de Montevideo
4. Escudo de Montevideo

Población: 1.325.968 habitantes (censo 2004)

Superficie: 530 km2

Capital: Montevideo

Gentilicio: montevideano/n

Límites: Está ubicado sobre el Río de la Plata al sur del país y limita con San José, del que lo separa el río Santa Lucía por el oeste , y con Canelones al norte y al este. El litoral costero sobre el Río de la Plata presenta algunas puntas pedregosas salientes que alternan con playas arenosas. Pajas Blancas, Ramírez, Pocitos, Buceo, Malvìn y Carrasco, que en verano confieren a la ciudad actividad de Balneario.

Orografía: Por la presencia de la cuchilla Grande el suelo del departamento es en general ondulado, aunque se destacan en el paisaje los cerros de Montevideo y el Cerrito de la Victoria. El subsuelo está formado por roca cristalina, en gran parte recuvierta por loess, proncipalmente al oeste.

Hidrografía: Aparte del río Santa Lucía, que corre al oeste bordeado de esteros y cruzado por un gran puente de acero , están los arroyos Miguelete y Pantanoso, que desaguan en la Bahía de Montevideo. El Manga y el Toledo van a los bañados de Carrasco, desde donde se desprende un emisario hacia el Plata: el arroyo Carrasco.

Ecoconomía: Son importantes diversos cultivos como frutales, legumbres, hortalizas para el consumo del departamento y flores y plantas decorativas. Se cultivan forraje, se lleva a cabo el pastoreo de vacas lecheras y se cría porcinos, bovinos y aves de corral. La apicultura se encuentra muy desarrollada. En las afueras de la ciudad hay también canteras de granito, balastro y explotación de arena para la construcción. Montevideo concentra la mayoría de los esfuerzos industriales y del consumo energético de país. Cuenta con una refinería de petróleo en la Teja , también con frigoríficos y una diversidad de actividades industriales: fábricas de cerveza, bodegas, usinas de producción energética térmica,fábricas de fósforos, calzados, cemento,portland,jabón , aceite,etc. La pesca permite el abastecimiento de la ciudad, con especies como la merluza, la brótola, la corvina y el pejerrey. Posee un puerto bastante profundo y amplio, que por su movimiento comercial figura entre los primeros de América del Sur. Además la ciudad y sus suburbios encierran gran variedad de establecimientos industriales. Montevideo es un gran centro turístico y balneario. Poseyendo playas muy concurridas durante el verano como Pocitos, Malvín, Carrasco , Buceo entre otras.

Lugares de interés: Palacio Legislativo, Casa de Gobierno, Palacio Salvo, Iglesia Matriz, Bahía de Montevideo, Mercado del Puerto, Puerto del Buceo, Museo Zoológico, Hotel Casino Carrasco, Parque Rodó, Rosedal del Prado, Edificio de la Junta Departamental, Plaza Zabala, Facultad Ingeniería, Monumento a la carreta, Estacion Central Artigas, Calle Emilio Reus, entre otros.





Departamentos de Uruguay - Maldonado


MALDONADO


1. Ubicación de Maldonado en el mapa
2. Bandera de Maldonado
3. Mapa de Maldonado
4. Escudo de Maldonado

Población: 140.192 habitantes (censo 2004)

Superficie: 4.793 Km2

Capital: Maldonado (50.417 hab)

Gentilicio: fernandino/na o maldonadense

Límites: esta ubicado al sureste del país. Limita al sur con el Río de la Plata y al este de Punta del Este con el Océano Atlántico, al oeste con el departamento de Canelones, al norte y noroeste con Lavalleja y por el este con Rocha.

Orografía: Es un departamento serrano de terreno quebrado y pedregoso. De la sierra Carapé que se interna en el departamento se desprenden las sierras de Caracoles y Ballena hacia el sur, hacia el norte la sierra de las Cañas sale del cerro Catedral (punto más alto del país 513 mts.) hacia el suroeste. Al sur la porción agreste de la Cuchilla Grande da lugar a la sierra de las Animas en la cual el cerro homónimo de 501 mts es la segunda altura del país. Cerca de Piriápolis se levanta el cerro Pan de Azúcar de 400 mts.

La costa tiene playas arenosas con puntas pedregosas muy salientes, como en los balnearios de Punta Colorada, José Ignacio y Manantiales entre otras. Las dos bahías principales son la de Piriápolis y la de Punta Ballena.

Hidrografía: el río Solís Grande que sirve de límite con el departamento de Canelones, el arroyo Pan de Azucar que desagua en la Laguna del Sauce y el arroyo Maldonado que desagua en el Oceano Atlántico, entre otros.

Economía: el turismo es el epicentro de la economía departamental. Hay una importante actividad ganadera de ovinos y vacunos. La agricultura se practica en el sur, con cultivos de: maíz, trigo, forrajes, papas, hortalizas, vid, etc. Hay fábricas de mármoles y baldosas, bodegas y molinos.

Ciudades importantes: San Carlos, centro agropecuario con 23.878 hab; Punta del Este, ciudad balnearia con poblacion estable de 8.252 hab, Piriápolis ciudad balnearia enclavada entre cerros de 7.579 hab, Pan de Azúcar con 6.969 hab, e Aigua. Entre los atractivos turísticos, la propia ciudad de Maldonado cuenta con varios edificios históricos, el Arboretum Lussich , y sus balnearios como por ejemplo Bella Vista.

Departamentos de Uruguay - Lavalleja


LAVALLEJA



Población: 60.925 habitantes (censo 2004)

Superficie: 10.016 km2

Capital: Minas (37.149 habitantes)

Gentilicio: serrano/na, minuano/na o lavallejino/na

Límites: Situada al sudeste del país. Limita al norte con Treinta y Tres; al este con Rocha; al sudeste y sur con Maldonado y al oeste con Canelones y Florida.

Orografía: Presenta un relieve variado; alto en el sur con sierras,cerros y valles amplios, y llanura hacia el norte. Posee montañas y peñascos que a menudo son de granito. Todo el departamento está comprendido por terrenos correspondientes al basamento cristalino, con fracturas y dislocaciones en varias partes lo que originó pequeñas fosas tectónicas rellenadas por terrenos posteriores, como las localizadas en el valle del río Santa Lucía y en la región donde se han derramado lavas basálticas. En vastas zonas del basamento predominan diversos tipos de granito y cuarcitas que por su resistencia a la meteorización y erosión determinan las zonas más quebradas y escabrosas del departamento. Son abundantes también las calizas cristalinas y dolomíticas. Hay áreas en las que la acumulacióon sedimentaria ha sido importante, rellenando las partes bajas para conformar valles muy favorables para el desarrollo de la ganadería y de la agricultura , como el valle Fuerte y el valle Chico con suelos y pastos de riqueza nutritiva.

Hidrografía: Posee una importente y bien distribuida red hidrogáfica que puede ser dividida en dos cuencas : la del río Santa Lucía que riega toda la región sur , y la central , o del Cebollatí, encerrada parcalmente por la Cuchilla Grande, que abarca toda la zona norte y central del departamento.

Economía: Se distinguen tres zonas económicas: al norte, dominio casi exclusivo de la actividad ganadera ; al sur , área chacrera, de minifundios y finalmente una zona intermedia donde la actividad minera y del monte se confunden. Se extraen materiales de construcción y ornamentación cono la arena , pedregullo , y la llamada piedra de construcción y el limo arcilloso con el que se elabora la cerámica roja. También se explota el mármol de tipo ónix , color blanco con vetas amarillentas. Se crían vacunos, ovinos y un nùmero importante de porcinos. Se cultiva trigo, maíz, cebada cervecera, remolacha, papa, arroz, vid y frutales. Existen algunas industrias como la llevada a cabo por el complejo Salus, con envasado de agua mineral de una fuente natural y a partir de ella la producción de cerveza, sidra, cítricos, agua tónica, maltas.También hay producción vitivinícola , molinos arroceros, curtiembres, extracción de calizas y elaboración de cal y cemento portland.

Ciudades importantes: En primer lugar encontramos Minas que es la capital, fundada hacia 1783. Luego como localidades importantes José Pedro Varela (4.913 habitantes), José Batlle y Ordoñez (2.251 habitantes), fundada en 1883. Los atractivos turísticos de Lavalleja son gruta y cerro Arequita, Villa Serrana, Parque Salus, Cerro del Verdún, Represa de Aguas Blancas, Salto del Penitente y estancias turísticas como la de "La Peña Blanca".

Departamentos de Uruguay - Florida


FLORIDA


1. Ubicación de Florida en el mapa
2. Bandera de Florida
3. Mapa de Florida
4. Escudo de Florida

Población: 68.181 habitantes (censo 2004)

Superficie: 10.417 Km2

Capital: Florida (31.448 habitantes)

Gentilicio: floridense

Límites: Situada en el centro-sur del país, limita con los departamentos de Durazno por el norte; al este, con Treinta y Tres yLavalleja; con San Jose y Flores al oeste, y con Canelones al sur.

Orografía: Presenta una variada topografía, que va desde las zonas serranas, ásperas y pedregosas de Illescas y de gran parte del límite con Lavalleja y Treinta y Tres, hasta las humíferas y ricas de Maciel, Sarandí, costas del arroyo de la Virgen junto a Cardal y 25 de Agosto o, en Río Viejo, cerca de San Ramón. Presenta también cerrilladas graníticas con talas, coronillas y espina de la cruz, dentro de campos de pasturas fuertes y bajos muy fértiles en Isla Mala y las adyacentes costas del Santa Lucía Chico. El paisaje incluye las suaves cuchillas del Pintado, San Gabriel y Palermo en las cercanías de la capital, cerros ásperos, ricos en cuarzo y hierro; campos arenosos, como en Talita, o con una delgada capa de tierra fértil, como en Santa Teresa, Juncal y la Macana. La Cuchilla Grande cruza el departamento, dando lugar al sureste a la rama llamada cuchilla Grande del Este, que se interna en el departamento de Lavalleja.

Hidrografía: Por el este las redes fluviales se relacionan con el río Yí (tributario del río Negro), hacia el cual corren los arroyos Illesas, Mansavillagra, Timote y Maciel, y por el sur, con el Santa Lucía, que recibe al Santa Lucía Chico y a arroyos como el Casupá, Chamizo y de la Virgen. El río Santa Lucía Chico pasa junto a la capital.

Economía: Con un mayor desarrollo agrícola que otros departamentos exclusivamente ganaderos, lo suelos impiden cultivos extensos como los del litoral o intensivos como los de Canelones. Sin embargo, Florida se ubica en el primer lugar entre los departamentos que usan fertilizantes. Los cultivos principales son: trigo, maíz, avena, lino y girasol. La granja es también una de sus principales actividades. Este departamento aporta el 40% a la producción lechera nacional. Hay un yacimiento de mineral de hierro en la cuenca del arroyo Valentines, al noreste de la capital, cuyas reservas se estiman en 19 millones de toneladas con un contenido de 38% de hierro; otro yacimiento menor esta localizado en los campos de Castro, donde además de hierro se extraen feldespatos, cuarzo y granito.

Ciudades importantes: La ciudad principal es la capital Florida donde se encuentra la piedra alta, lugar donde fue declarada la Independencia; las ciudades que le siguen en importancia son: Sarandí Grande, Casupá. Como actividad turística se cuenta con las estancias: El Ceibo y San Pedro del Timote. Los lugares de interés son la Plaza de la ciudad, la iglesia de San Cono, la bodega de De la Cruz, etc.

Los Charrúa

martes, 22 de octubre de 2013



EL PRIMITIVO HOMBRE DE AMÉRICA Y LOS CHARRÚAS.

Existe mucha evidencia científica de que no es precisamente el continente americano la cuna del Homo Sapiens y tampoco de los prehomínidos en general.

Pero cuando Colón llega a América, la encuentra poblada por seres humanos a quienes se les denominó "indios", por estar convencido de que había arribado a su destino determinado de antemano: Las Indias.

Muchos estudiosos se refirieron entonces, al Hombre Americano, o la Raza Americana, y antiguos antropólogos formularon varias hipótesis totalmente dispares entre ellas.

Por ejemplo, el paleontólogo Ameghino en 1880 sostuvo que el Hombre Americano era autóctono, hipótesis que resulta al día de hoy totalmente inaceptada.

Otro antropólogo de apellido Hrdlicka, norteamericano, en 1821 sostuvo que el poblamiento de América se produjo entre 10 y 15 mil años atrás, que el origen era Mongol, y que arribaron por oleadas a través del estrecho de Berhing, desde la costa asiática.

Pero las teorías mas aceptables son las establecen que los hombres americanos, o indios, no son autóctonos ni tampoco de una única raza. Por ejemplo el etnólogo Paul Rivet, en su obra "Los Orígenes del Hombre de América", indica que no solo vinieron desde el Asia sino además atravesando el Pacífico desde las islas de la Melanesia y Polinesia. Ha escrito: "mucho antes que las naves de los grandes descubridores europeos, las sorprendentes piraguas melanésicas y polinésicas y quizás las primitivas balsas peruanas habían surcado la ruta de este inmenso desierto marino"- (el Océano Pacífico)-.

Otro antropólogo, como Mendes Correa, indica que la ruta que se denominaría "australoide", pasaba por Australia, Tasmania y la Antártida, y de allí pasaron a Tierra del Fuego, en América del Sur.

En resumen, se acepta el arribo de los tres grupos, el asiático o Mongoloide – el más numeroso-, el Melano-polinesio y el Australiano, adjudicándole a las primeras inmigraciones una antigüedad de 10.000 años.

Estas teorías están apoyadas en estudios arqueológicos con métodos modernos para adjudicar las fechas de antigüedad de los restos hallados, pero debemos citar algunos casos aislados en que aparentemente se han encontrado fechados de 38.000 años AC. en yacimientos ubicados en Texas.

De todas maneras, podemos sacar una síntesis de las investigaciones hasta el momento no concluidas, y tener una razonable certeza de que los llamados indios americanos provienen de migraciones asiáticas, y australo- melanesio-polinesio, en su gran mayoría.

Por lo tanto hubo gran diversidad de tipologías de indios, y no es cierto de ninguna manera a aserción de Antonio de Ulloa del indio único, manifestada en su conocida frase: " visto un indio de cualquier región se han visto todos".

COMO SE POBLÓ EL URUGUAY, Y LA APARICIÓN DE LOS CHARRUAS

Se presume que la población de Uruguay incursionó en el territorio en forma sucesiva, al principio por el norte, asignándoles una antigüedad aproximada de 9.000 años AC.

A los pobladores de estas zonas cercanas se les llamó Fuéguidos, Láguidos y Pámpidos, siendo estos últimos ( los Pámpidos), los ancestros de nuestros Charrúas.

Debemos aclarar que antes de los Charrúas entraron al país otras poblaciones de las cuales quedan restos de cerámicas y aparentemente habrían sido recolectores, pescadores, e incipientes agricultores.

Hubo mucho movimiento de pequeñas poblaciones de indios siendo interesante citar los que construyeron los conocidos "cerritos" que están en el este del Uruguay; estos indios serían sedentarios y en parte nómade, pero no eran de etnia Charrúa.

Como dijimos la macroetnia Charrúa era racialmente Pámpida (cazadores superiores), de características físicas bien desarrolladas, altos, estéticos, y de carácter muy firme, se llamaban a sí mismos "Chonik", que en idioma Tehuelche significa "nosotros los hombres", y eran descendientes de pobladores de la primera oleada que llegó al continente de origen australoide, según Paul Rivet. La altura de los Pámpidos oscilaba entre 1.70 mt y 1.83 mt, (Chaco y Patagonia), cráneo voluminoso, pómulos y mentón poderosos y salientes, y el índice nasal leptorrino (nariz larga y delgada). Corte atlético y equilibrio de las masas musculares, poco dimorfismo sexual, color del cutis oscuro y bronceado, ojos oscuros, pelo lacio y duro.

Los Pámpidos fueron ocupando las llanuras argentinas por los indios Pampas, Neuquen por los Puelches, el Chaco por los Guaycurúes, los Onas Tierra del Fuego y la Mesopotamia de Corrientes y Entre Ríos y la Banda Oriental, por los Charrúas.

Los Guaraníes –que no pertenecían al tronco racial pámpido-,se diferenciaban de los Charrúas por ser más bajos, de cabeza mas redondeada, cuello grueso, brazos musculosos aunque piernas cortas y débiles, pómulos poco salientes, y otro detalle que los diferenciaba de los Charrúas era que el color de su piel era más amarillento, y se les denominó brasílidos o amazónidos, por su origen racial.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE LOS CHARRÚAS

En los primeros relatos de los expedicionarios del siglo XVI, se menciona a los Charrúas ubicados en el sur del territorio uruguayo. Posteriormente el nombre de CHARRÚA sirvió para nombrar a la macroetnia integrada, además de los Charrúas, por los Minuanes y /o Guenoas , los Bohanes, los Yaros, Chanáes, y otras parcialidades, que probablemente descendían del tronco común Pámpido (A los Yaros algunos autores no los incluyen en la macroetnia Charrúa, y los relacionan mas bien como del tronco racial Láguidos, ya que eran más bajos, sus caras eran redondas, y el color de su piel diferente).

En 1763, el P. Dom Antoine- Joseph Pernetty hace una descripción de los Minuanes donde se refería a los mismos como bien conformados, con cuerpo erguido. De pecho ancho y músculos bien definidos; las mujeres eran bastante más pequeñas. En las caras destacaba el tamaño de los ojos, frente alta, labios de mediano grosor y cabellos negros largos y el color de su piel era : ..."cobre rojobronceado...".

Félix de Azara durante su permanencia en América (1781- 1801), indica que los Charrúas son una pulgada más altos que los Españoles, ..." pero los individuos más igualados y bien proporcionados, sin que entre ellos haya contrahecho o defectuoso, ni que peque de gordo ni en flaco. Son altivos, soberbios y feroces; llevan la cabeza derecha, la frente erguida, y la fisonomía despejada. Su color se acerca tanto o más al negro que al blanco, participando poco de lo rojo. Las facciones de la cara, varoniles y regulares; pero la nariz poco chata y estrecha entre los ojos. Éstos algo pequeños muy relucientes, negros, nunca de otro color, ni bien abiertos. La vista y el oído doblemente perspicaces que los de los españoles. Los dientes nunca les duelen ni se les caen naturalmente, ni aún en edad muy avanzada, y siempre son blancos y bien puestos. Las cejas negras y poco vestidas. No tienen barbas ni pelo en otra parte, sino poco en el pubis y en el sobaco. Su cabello es muy tupido, largo, lacio, grueso, negro, jamás de otro color, ni crespo, ni se les cae; sólo encanece a medias en edad muy avanzada. La mano y pie algo pequeños y más bien formados que los nuestros; el pecho de las mujeres no tan abultado como el de otras naciones de indios".

En 1839, el naturalista D’ Orbigny , en su publicación "El Hombre Americano" manifiesta respecto a los Charrúas: " ... Las formas de los Charrúas son, como las de los Puelches, macizas en extremo; siempre muy carnosos , no están empero sujetos a la obesidad, tan común en los Guaraníes. Sus hombros son anchos, su cuerpo proporcionado, sus miembros bien fornidos, sus manos y pies pequeños; las mujeres de las mismas proporciones, tienen el cuello bien hecho, el cuerpo ancho, sin que nunca la cintura sea mucho más estrecha que el resto del cuerpo. Los Charrúas tienen la cabeza grande y el rostro ancho; los pómulos algo salientes; la nariz bastante estrecha en la base: Hundida en esa parte, gruesa en la extremidad, de fosas anchas y abiertas; las cejas salientes; fuertemente arqueadas, con poco pelo; los ojos pequeños, negros, hundidos, tal vez algo cerrados, pero horizontales; los labios gruesos; la boca grande; los dientes hermosos y que jamás se caen; la barba rala...",..." sus cabellos son largos , negros, gruesos y lacios. El conjunto de sus facciones da al rostro un aspecto serio y a menudo feroz; se descubre raramente en sus jóvenes ese aire gozoso y abierto de algunas otras naciones...".

Dámaso Antonio Larrañaga refiere en 1813: ..."los ojos algún tanto oblicuos y no tan chicos como se ponderan; la cara más bien larga que ancha, la parte inferior del rostro estrecha y anchas las espaldas, la frente no muy chica, los dientes muy bien conservados y muy iguales; la boca y labios regulares, nariz un poco aguileña, pies y manos pequeños. En una palabra nada tienen de monstruosos ni deformes los hombres primitivos del país que ocupamos y que eran los verdaderos dueños de la campaña...".

El sargento mayor Benito Silva, que vivió con los Charrúas, en 1841 aseguraba que: ..." son bastantes blancos, principalmente las mujeres, el sol, el polvo, la grasa de los cueros en que se acuestan y con que se cubren contribuyen a ennegrecer su cuerpo. Y su pelo es castaño oscuro y liso."

La etnografía de los Chaná- Beguaes es escasa según Azara:..." no ceden a los Charrúas en la estatura y las proporciones. Los varones 1.70 mt y 1.65 mt las mujeres, y sus cráneos altos (hipsicéfalos) presumiblemente el resultado del repetido mestizaje de Pámpidos y Láguidos."

Por el lado del este uruguayo, donde se encuentran casi 5.000 cerritos de indios, ( Rocha, Treinta y Tres, Cerro Largo, este de Tacuarembó y sur de Rivera) estuvieron probablemente los llamados "tapuias", pobladores prehistóricos que mestizados con los Guaraníes en esa zona, dieron origen a los Arachanes, cuyo cabello era revuelto y encrespado y que regularmente tenían guerrillas con los Charrúas (según narración de Díaz de Guzmán en 1612).

A través de los relatos en distintas épocas hemos visto pequeñas evoluciones en la tipología física del Charrúa, lo que indicaría un mestizaje acrecentado en los últimos tres siglos de su existencia, principalmente con integrantes de las otras parcialidades indígenas que se consideraban pertenecientes a la macroetnia Charrúa. También existió mestizaje con Guaraníes y con los inmigrantes blancos.

EL LENGUAJE DE LOS CHARRÚAS

Estudiosos de las lenguas de grupos indígenas han ofrecido diversas opiniones respecto al origen del lenguaje de los Charrúas. Pero últimamente estudiosos modernos han encontrado diferencias sustanciales con la de otros grupos indígenas de esta parte de América, y se han inclinado por considerarla como lengua aislada y de familia ignota (Rivet, 1924; Imbelloni, 1939; Blixen, 1956; José Joaquín Figueira, 1965).

Según Azara, la de los Charrúas era nasal, gutural, y diferentes a todos los dialectos.

Para D’Orbigny era dura y gutural, se acercaba a la de los Puelches y a la de los Mocovíes y Tobas, pero sólo en lo duro y gutural, en lo demás eran muy diferentes.

Se han rescatado muy pocas palabras del lenguaje Charrúa, no llegan a 60, y el principal compilador ha sido el Dr. Vilardebó, en el llamado "Códice Vilardebó", que proporciona unas 60 palabras y el sistema de numeración de los Charrúas basado en los primeros cuatro números. Por ejemplo 1,2,3,4,se designaban: yu, sam,deti y bétum ; para formar el 5 ellos decían 4 y 1, o sea "bétum yu"; el 6 "bétum sam", y así hasta el 8. Al 9 se le decía baquiú y al 10: guaroj.

Las dos principales fuentes del "Códice Vilardebó" fueron dos vocabularios recogidos; uno en 1841 del sargento mayor Benito Silva (que había convivido con Charrúas), y el otro en 1842 de una "china" Charrúa cautiva que oficiaba como sirvienta en la estancia del oficial Manuel Arias. Las palabras mas conocidas que se atribuyen a los Charrúas son por ejemplo: "inchalá", que significa hermano, "hué", que significa agua, "luai", caballo, "belerá", vaca, "quillapí", capa, "guidaí" , luna, (este nombre está siendo usado para bautizar algunas niñas según yo he sugerido a sus padres).

Debemos hacer notar que las voces Charrúas al ser escritas al español evidentemente perdían su verdadero sonido, ya que los sonidos guturales o nasales por ejemplo, no existen en nuestro idioma. El suscrito ha podido constatar que la voz "inchalá", en su origen, no sonaba exactamente así, sino más bien como "nshalá". Esta constatación se ha hecho observando que en Tacuarembó, por ejemplo, algunos descendientes mantienen esa voz que incluso queda como apodo de algunos muchachos cuando son mayores.

En resumen, no creo que podamos fiarnos totalmente entonces del citado "Códice" y deberemos resignarnos por ahora a aceptar que el lenguaje de los Charrúas nos es desconocido. En cuanto a sus nombres, en lenguaje Charrúa, también son muy escasos y los caciques por ejemplo, adoptaban un nombre tomado de inmigrantes o de sus apellidos, por ejemplo: Brown o Polidoro. También nombres de animales como el cacique Venado y a veces una palabra Charrúa, como el cacique Sepé ( que significaría "labio" aunque otros le atribuyen el significado de "sabio", aquí es muy probable que la escritura manuscrita se haya confundido "labio" con "sabio", confundiendo una "s " con una "l".)

En general los Charrúas hacia fuera de su tribu se comunicaban en lengua Guaraní o en un español o portugués rudimentario.

¿CUÁNTOS ERAN LOS CHARRÚAS?

Comenzaremos con este tema tan debatido. Sólo disponemos de varios testimonios de expedicionarios, religiosos, marinos, que en sus partes o crónicas hacían referencia al número de Charrúas con que se encontraron, esto no indica una cifra exacta de los Charrúas por dos motivos:

1. Porque el hecho de divisar un cierto número de Charrúas en una región de la Banda Oriental no significa que esos fueran los únicos habitantes indios del Uruguay y que por una suerte de casualidad estuvieran reunidos todos juntos en el mismo instante y en el mismo lugar;

2. Cuando se citan números de Charrúas en general se habla de " hombres de pelea" o " hombres hechos" o de hombres simplemente; lo cual significa que hay que agregar a estas cifras más del doble de las que mencionan, que sería la constituida por lo que llamaban la "chusma", que así llamaban despectivamente a los integrantes de la tribu que no eran guerreros, o sea los viejos, esposas, hermanas y los hijos pequeños de esos mismos guerreros.

Dicho esto pasemos a recordar algunas citas históricas tales como las siguientes:

Un marinero de la expedición de Lope de Sousa que estuvo en contacto con Charrúas ribereños les asignó una población de 600 hombres.

Ulrico Schmidl de la expedición de Pedro de Mendoza los estimó en 2000 hombres hechos, los que huyeron con sus mujeres e hijos al desembarcar los conquistadores en la zona de Colonia, en 1536.

Martín del Barco Centenera, capellán del adelantado Ortiz de Zárate, afirmó que 800 Charrúas combatieron contra los soldados de Juan de Garay.

Estas citas corresponden al siglo XVI. En el siglo XVII hay citas que atestiguan la existencia de 500 Charrúas guerreros en la zona de San Gabriel. En el siglo XVIII según el jesuita José Cardiel dice haber visto pasados a Entre Ríos unos 600 Charrúas entre adultos y niños. En 1812 el General Antonio Díaz informa que los Charrúas tendrían unos 300 guerreros y otras 350 familiares entre mujeres, niños y ancianos. En 1828, y 1829 se recuerda que en el Ejército del Norte comandado por Rivera se encontraba el Cacique Vaimaca Perú al frente de 200 a 300 lanceros, no evaluando el número de familiares.

En la celada de Salsipuedes, en 1831,fueron atacados por sorpresa entre 400 o 500, mientras los ancianos, mujeres y niños estaban lejos del escenario y quizás duplicaran ese número.

A posteriori de este sangriento episodio del que se habrán salvado unos 100 guerreros por lo menos, y todos los familiares fueron conducidos a Montevideo a pie, siendo gran parte de ellos repartidos durante el trayecto, siendo los restantes repartidos en Montevideo por separado para integrarlos a servicios de tipo doméstico o tareas propias del campo.

En este preciso momento de la historia podemos decir que la etnia Charrúa desaparece como tal, y comienza un intenso mestizaje con blancos, principalmente, con guaraníes y con otras minorías raciales en menor número.

Como conclusión, no podemos evaluar exactamente el número de Charrúas al momento de llegada de los españoles, pero se ha manejado insistentemente un número global que es el de 4000 integrantes de las diferentes tribus Charrúas. Evidentemente con el transcurso de los tres siglos hasta su extinción como etnia se produjeron movimientos hacia fuera y hacia adentro de los Charrúas:

A- muchos integrantes de la macroetnia pero que vivían separados de los Charrúas, tales como los minuanes, guenoas, boanes, chanaes, etc, que no aceptaron la aculturación buscaron refugio bajo las tolderías de los Charrúas ,

B- Desde la misma llegada de los españoles, que en su mayoría eran hombres solos es admitido que gran número de mujeres Charrúas salieron de las tribus para formar familia con los extranjeros. También es admitido que otros pequeños grupos se aculturaron o pasaron a servir al ejército regular o se afincaron en algunas reducciones.

Es lógico entonces pensar, que en números aproximados, la población Charrúa fue disminuyendo desde quizás más de 4000 individuos puros desde el siglo XVI, hasta alrededor de 1000 en el año 1831, fecha de la disolución de la etnia.

Himno de Uruguay